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El enfoque de género y los acuerdos de paz

 

“Del acuerdo no nos sacan, las mujeres lo mandatan”

 

Varias han sido las reacciones en el país luego del pasado 2 de octubre sobre la mujer, la comunidad LGTBI y su inclusión explícita en los acuerdos de paz de La Habana, la polémica es profunda y preocupante pudiendo dividir estas reacciones en dos sectores, el primero de carácter popular e incluyente donde confluyen organizaciones sociales tanto de mujeres como del movimiento social en general junto con las FARC-EP donde también para esta situación coyuntural cabe sumar una parte de la institucionalidad de tinte progresista, materializada en los negociadores del gobierno y sus simpatizantes; por otro lado un sector fuertemente conservador e inquisidor para quienes la mujer y la comunidad LGTBI siguen siendo simples objetos inertes subyugados al orden moral establecido.

 

Vemos necesario entonces ampliar el debate sobre este último sector donde podemos someramente acertar en que, quienes apostaron por el “no” en el pasado plebiscito argumentando desde lo que se ha llamado la “ideología de género”, o fueron engañados por sus ideólogos más representativos o son directamente quienes están interesados, desde una posición hegemónica-patriarcal, en mantener a la mujer relegada de los diferentes escenarios sociales y a la comunidad LGTBI presa de la discriminación. Pero es también importante decir que con su estrategia política no era este su único objetivo, su interés fue más allá y buscaron atacar el acuerdo en toda su integralidad, sabemos bien cómo el uribismo estructuró con ayuda de asesores internacionales lo que sería su apuesta a la guerra y cómo de forma sagaz supo segmentar, de acuerdo a intereses particulares, la campaña que arrasó con un acuerdo esperanzador. La arremetida contra el enfoque de género fue construida previamente a la campaña del plebiscito, desde el ataque a la comunidad LGTBI y su satanización con las cartillas escolares que serían difundidas en las instituciones educativas, abriendo las puertas a un desenlace trágico.

 

Sin embargo aquí estamos y seguiremos estando siempre, en particular en estos tiempos cuando vemos en las calles de todo el país cómo la sociedad se aferra al anhelo de paz y cómo los espacios entorno a ello no se limitan en este momento a reuniones extensas entre las partes negociadoras, FARC-EP y Gobierno Nacional, sino que a la par la sociedad defiende los acuerdos pactados y reclama su implementación inmediata. Estaremos nosotras junto a nuestros compañeros defendiendo el acuerdo integral de paz hasta el día de su implementación para apostarle siempre a la vida, a la dignidad y a una Nueva Colombia.

 

Vanessa Aguilar Marín - Estudiante de Sociología

22 de octubre de 2016

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